Plutón, el planeta de la alquimia, de las transformaciones profundas, de la muerte y la resurrección retoma su movimiento directo.
Entramos en contacto con el inconsciente.
Luego de meses de purga emocional la pregunta que surge es: ¿lo que percibo corresponde a la realidad o es fruto de mis ilusiones? ¿es cierto o es proyección?
El inconsciente recoge todas las memorias ocultas a las que la mente selecciona y responde en protección de la supervivencia del Yo. Son contenidos sagrados, que hay que respetar.
A veces nos damos cuenta de que estamos ciegos ante algunos aspectos. La mente construyó muros para evitar que el sistema se volviera loco. Si nos sentimos dispuestos a ir más allá de esos muros, activamos la paciencia, la delicadeza y la compasión, porque estamos entrando en territorios espantosamente frágiles, bordados de una sensibilidad traicionada, los cuales hemos tenido que olvidar.
Tener respeto por los territorios ocultos es una forma de compasión; saber que tiene una serie de vacíos absorbentes y plenos consolidados …en defensa… nos dona una gran fuerza …porque atestigua todo el espacio interior del que somos portadores.
Abandonarse a su verdadera naturaleza, hundiéndose dentro de los pliegues del alma cargada de recuerdos es amor puro.
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