Ayer la Luna en Aries creó cuadraturas precisas con Venus, Saturno y Plutón. Ya desde el 6 de diciembre la tensión parecía crecer, y hoy ha alcanzado su punto culminante. El mensaje es breve e intenso: ¿estamos dispuestos a cortar el cordón umbilical con el pasado, para «caminar nuestro sendero”?
Y es que la Luna va a tocar este stellium en Capricornio, un evento de gran fuerza. Toma de responsabilidad, sentido del deber, tenacidad y determinación. O la falta de todo esto. Una potente luz que ilumina la frialdad, la falta de empatía, la congelación emocional, el cinismo y el sarcasmo. O la activación de un estado mental de búsqueda de resoluciones, centrado en un objetivo sin distracciones.
Pero la fuerza más grande que se activa es darse cuenta de quién eres, de la determinación que nos anima, que no admite compromisos, el amor hasta el punto de dar la espalda a toda forma de chantaje afectivo y afrontar plenamente los sentimientos de culpa, combatiéndolos con decisión, para no dejarse aplastar nunca más por los que profesan amor, pero que sin duda necesitan más que nosotros, que nosotros de ese falso amor para sentirnos completos.
La Luna, símbolo del materno, no logra tener la ventaja sobre un hijo que ha madurado en su papel de adulto y que conoce sus propios límites y se ha hecho responsable del sufrimiento (este es el significado del Stellium en Capricornio). Dondequiera que Capricornio caiga en nuestro mapa, en ese sector de nuestra existencia está ocurriendo una revolución respecto a lo que nos permitimos ser. Podemos convertirnos en desobedientes, saliendo de modalidades de sacrificio, de sumisión a demandas bestiales por parte de padres que han permanecido pequeños por sus propios motivos, o que siempre han pretendido ser salvados. Es hora de que cada uno asuma su responsabilidad. La desobediencia salva en algunos casos y es hora de darse cuenta, cortando cordones, quitándose cadenas de los pies y tomando la vía de la libertad.
Hay una fuerza de la Gracia y de la Belleza, cuando la libertad de un corazón realizado se convierte en una danza armoniosa, que expande un eco de pura elegancia. Todos podemos ser capaces de esto, al despedirnos de nuestro pasado, sintiendo que ya hemos hecho todo lo que había que hacer. Ahora es el momento de ir por tu destino.
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