Luna Nueva en Virgo. Con Marte en trígono a Urano, señor de revoluciones radicales, y en oposición a Neptuno, dios de las profundidades marinas.
Las disoluciones que hablan de verdaderas expansiones de Conciencia porque son ultra terrestres.
Así, esta lunación dejará aflorar, como presuntuoso fuego en la oscuridad, nuestro miedo más radical. Nuestra inseguridad más negra. Asuntos que animan nuestros enfrentamientos con los que están a nuestro lado y agitan nuestro sentimiento de separación. La ira, por otro lado, es sólo la voz de la impotencia. Aparece cuando se pone en peligro nuestro sistema de creencias interiores, cuando nuestras seguridades son minadas y cuestionadas y la Vida quiere llevarnos más lejos de donde estamos. En un territorio que no vemos y que nos hace sentir descontrolados.
Y este es un momento en el que el mundo se mueve con determinación en una dirección totalmente nueva. La Humanidad tiene que ganarse por fin un salto evolutivo a largo plazo. Y al hacerlo, muchas formas de pensamiento obsoletas serán arrancadas como si fueran maleza. La Vida ahora nos lanza más fuerte que nunca hacia todos los cambios que nuestra Alma antes de encarnar en este plano, ha decidido conscientemente activar. Es este el momento no otro. No se apiadará de nuestras incertidumbres.
Ya no hay tiempo para retrasar lo que cada uno de nosotros ha venido a traer a manifestación.
Ya no hay tiempo para lo que ya ha cumplido función y propósito.
Hoy en día uno crece queriendo o no.
Hoy en día, las disoluciones y los desapegos ya no pueden esperar y los acontecimientos se suceden sin piedad.
En Virgo el elemento Tierra encuentra dignidad, es el arquetipo de la estabilidad que empantana, del control que excluye el encanto del devenir. El Mito a menudo cuenta historias de heroínas que no han sabido acoger el cambio y se han encontrado con acontecimientos perturbadores al límite de lo soportable, porque nada como un flujo energético bloqueado genera enfermedad y desgracia.
El cambio no es más que El Divino que avanza.
Y la obstinación a seguir esa llamada lleva a un camino más duro y doloroso.
¿A dónde llevan entonces nuestras batallas contra los cambios ineludibles? ¿A dónde llevan nuestros NO furiosos que decimos a la Vida cuando nos lleva a otro lugar? ¿Tenemos realmente el poder de bloquearla o nuestro poder consiste más bien en aceptarla y seguir su intrínseca corriente?
Se abre una fase asombrosa con esta Luna Nueva, una fase para estar conscientes de las cruzadas conducidas para resistir decir Sí a la existencia.
Porque nos da miedo ser más de lo que somos.
Porque es difícil rendirse a la evidencia de la simpleza.
Lo Divino es simple.
Feliz Luna Nueva!
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