Nos encontramos ante un panorama emocionalmente intenso, extremadamente potente con el Plenilunio de hoy, con Luna en Géminis unida a Marte retrógrado exactamente al grado: todos los recuerdos infantiles de cuando nos sentimos excluidos, no amados, no deseados, tenderán a ascender a la superficie para ser quemados al calor del Sol en Sagitario.
Una oportunidad única para hacer las paces con el extraño sentido de soledad que siempre nos ha perseguido, y salir del victimismo. Se necesita centro y presencia, observación y responsabilidad hacia lo que sentimos, sintiendo en el corazón que no somos víctimas de ninguna circunstancia u otra persona, sino que solo estamos participando en este proceso de saber quienes somos.
Y de expresarlo.
Y Géminis habla de verbo y comunicación, de ciertas palabras ardientes que deberíamos autorizarnos a poder pronunciar de una vez. Marte nos invita a conectar con nuestro personalísimo Eros. Al placer. Al que nos da sentido, alegría y motivación.
¿Dónde aceptamos el veneno de la adaptación? ¿Cuáles son las palabras que no quieren salir de nuestra boca pero nos llenan de rabia y dolor el alma? ¿Convirtiéndose en el fuego físico de las inflamaciones y de la sangre amarga, según los dichos populares?
Que no suceda.
La sangre (Marte) es sagrada.
Hablemos.
Digamos lo que tengamos que decir.
Nadie es querido en el Cielo por ser simplemente educado, cuando el alma es castrada en acuerdos y contención. Muy civilizados pero torturadores.
Seamos más bien incivilizados.
De vez en cuando, como ahora, puede servir.
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