En las primeras horas del 11 de octubre la Luna en Piscis entra en conjunción con Neptuno y Lilith, a 16° y 17°. Se crea así un efecto muy fuerte sobre nuestra emotividad: se enfatiza la sensibilidad, se podría sentir sin piel ni fronteras; los miedos se exacerban y la percepción es que todo es mucho más grande que nosotros. Bueno, ¿y qué pasa? Los humanos somos antenas resonantes, estamos dotados de un sistema nervioso que es un instrumento perfecto de comunicación y de gestión de la realidad. Dentro de nuestro pequeño cuerpo circulan líquidos a una velocidad supersónica. Nuestro cerebro es una máquina de creación maravillosa. ¿Y seguimos llorando porque estamos solos?
Todo este énfasis emocional hoy abre puertas a la verdadera naturaleza de las emociones, que son puentes para cruzar límites y límites. En el momento en que me siento frágil, voy a tocar un gran límite. Por lo general, la mente dice: no voy más allá de ese punto o moriré. Pero hemos estado trabajando en nosotros durante años, tratando de ir más allá de la muerte, para que el sentido de sí mismo se amplíe. En este punto también podemos intentar respirar en el corazón y estar en esa fragilidad. Porque es un paso hacia la alegría. Cuando nos permitimos permanecer en el miedo, sin escapar, estamos experimentando nuestra invencibilidad y fuerza.
Estamos probando que hay mucho más dentro de nosotros. Seguir huyendo y buscando consuelo, nos deja en la periferia del sí mismo. Hay todo un mundo maravilloso de posibilidades, situado justo más allá de los suburbios. Y es el mundo creativo de la mente imaginativa. Y ahí es donde nos lleva hoy la energía, gracias al cual podemos experimentado la fuerza de la existencia que se hace a pesar de nosotros. A pesar de nuestros temores, las incertidumbres, el sufrimiento, la vida sigue adelante.
Permitiéndonos buscar dónde está la alegría, dentro y fuera de nosotros, nos dejamos fluir en el cambio, como es natural que sea. Al fluir en los miles de millones de activaciones a las que nuestro sistema nervioso está sometido continuamente, podemos dar vida a los acontecimientos sincrónicos, montando las posibilidades que el Ser crea como camino de amor. Se trata de elegir: ¿miedo o amor? Como vivimos en el mundo de la dualidad, siempre se nos pide que escojamos entre dos opciones. Luego las opciones activan los caminos. O en compañía del miedo o guiados por el amor.
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