Hay un aspecto que ha trabajado durante tres semanas en nuestro inconsciente, Mercurio, el mensajero de los dioses ha atravesado los infiernos, las cuevas oscuras donde se almacenaron los legados del pasado, poniendo todo patas arriba, redefiniendo un status quo rancio y estropeado, llevando a la superficie malestar. Esto nos ha hecho un gran favor, ha abierto los ojos a muchos, ante un cuerpo devastado por años de palizas emocionales auto-infligidas, que ha requerido una resistencia notable. La fuerza a veces es contraproducente cuando se utiliza para resistir, a pesar del dolor. Ahora no podemos dejar de notarlo, y tratamos de refugiarnos.
Esta bien detenernos un momento. El malestar que sentimos es una fase de paso hacia un estado más ligero de nuestro ser. El movimiento retro de Mercurio lo advertimos mucho porque nuestros sentidos pierden lucidez, bloquea el flujo del día a día con obstáculos y sentimiento de incertidumbre. Es un movimiento que empuja a la introspección y a la suspensión de las actividades normales, dejando espacio para la reaparición de lo que había quedado sin resolver.
Considerando este arquetipo como la fuerza atávica que impulsa a tomar la vida, y viendo el contenido emocional que ha salido a flote, podemos hacer un gran trabajo poniendo orden y delimitando fronteras sanas. Todo este movimiento de noviembre permitió la reaparición de algo que habíamos perdido en el río del tiempo. Estamos reconstruyéndonos y Marte nos ayuda en la operación, distribuyendo fuerza y energía para llevar a cabo la operación. Es una ocasión preciosa que se mantiene hasta el 2 de enero. Sigamos navegando nuestras profundidades con coraje y valentía….Mart
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