Ayer se produjo la Luna Nueva a 4° de Sagitario, cerrando y abriendo ciclos, en un quincuncio con Urano en Tauro, movimiento de liberación de energías profundas.
A pesar de los recientes movimientos telúricos que aún no se detienen, aprendiendo a bailar a nuestro ritmo, ayudamos al planeta en su movimiento de liberación, para que el camino sea más suave. No caminamos solos. No somos sólo nosotros en este planeta.
Dejemos que estos movimientos profundos de los arquetipos y de la Tierra, este estremecimiento dentro nuestro, en el alma, y fuera de nosotros, en el planeta, nos ayuden a llegar al punto. Ya que pronto Júpiter entrará en Capricornio (el próximo 03 de diciembre) indicando una dirección precisa a seguir a muchos de nosotros. Dejemos que se limpie nuestra vista de las distracciones, de las ilusiones consoladoras, del detalle que oculta la totalidad.
Tomemos el coraje de Sagitario en esta Luna Nueva, y lancemos nuestra flecha directamente hacia nosotros. Las energías en juego son demasiado fuertes para tomar este momento con ligereza. Si estamos enfermos ahora, como ya he escrito en el pasado, es importante darse cuenta de que es normal. Permitámoslo, aunque puede asustar. Atravesemos este pasaje con la mayor claridad posible. Tenemos muchas herramientas en la mano, utilicémoslas como soporte en estos tiempos densos.
Comprendamos muy bien lo alta que es la vibración, lo agotados que están nuestros cuerpos y la tensión en nuestra psique. Miremos, confiemos, ¿qué más podemos hacer? No es pasividad, sino preparación para aceptar lo que vendrá, en la mínima resistencia posible a la Vida que quiere hacerse a través de nosotros.
Feliz Luna Nueva!
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